viernes, 17 de enero de 2014

Potenciar la complicidad social.


Las organizaciones existen porque somos capaces de generar complicidad social  con las causas y proyectos en los que trabajamos. Da igual el tipo de organización del que se trate: su existencia solamente tiene sentido si hay una “complicidad social” formada por personas y otros colectivos capaces de comprometerse con la actuación de la entidad. 
Ya pasaron los tiempos en que los proyectos se podían llevar a cabo únicamente porque a alguien de la Administración Pública le gustaba lo que hacíamos y nos apoyaba con una subvención. Las organizaciones del siglo XXI son capaces de “movilizar personas comprometidas con su misión”, que apoyan con dedicación de tiempo y recursos económicos, que comparten y desean cooperar para hacer realidad los sueños de la organización. 
La clave es “conseguir y gestionar esa complicidad social que aportará energías, ilusiones, capacidades y recursos para la transformación social.
Apórtanos tu reflexión y danos sugerencias para que podamos avanzar todas las asociaciones y colaborar entre todas haciendo un “tejido asociativo con peso moral y socio-político” en torno a lo que te sugieran las siguientes preguntas u otras que tú te plantees en torno a este aspecto:

Puntos para la reflexión:
1º.- ¿Qué están haciendo nuestras asociaciones que hace que las personas y las instituciones  les apoyen?
2º.- ¿Qué cosas hacen otras asociaciones para lograr ese apoyo y fidelidad que pude hacer que las asociaciones puedan seguir?
3º.- ¿Qué sugieres que deberíamos hacer las asociaciones a nivel local, provincial, autonómico, estatal o europeo para que las asociaciones podan contrarrestar la crisis consiguiendo el apoyo social, más allá de lo meramente económico?

No te olvides de dejarnos tu opinión: “participa y avanza con nosotrxs”. Entre todxs podemos, pero sin ti nos perdemos muchísimo, aunque tú no te lo creas.

1 comentario:

  1. Artículo de Paul Vidal sobre: La necesidad de una base social comprometida
    Escrito el 14 octubre 2011, pero sigue conservando la actualidad hoy.
    http://www.tercersector.net/?cat=3&lang=es
    Puedes leerlo a continuación:
    La gente dedica tiempo y recursos a aquellas cosas que le importan. Es así de sencillo y de complicado a la vez. Por este motivo, las entidades del tercer sector tienen sentido en la medida en que hay personas a quienes les importa las temáticas en las que trabaja la organización y la forma en cómo lo hace. Por esto las personas se implican y participan en las entidades no lucrativas de una manera u otra: asociándose, haciendo voluntariado, difundiendo la organización, participando en las actividades,….
    De hecho, esta capacidad de aglutinar personas alrededor de su misión, canalizando su participación e inquietudes sociales, es una de las características clave de las organizaciones del tercer sector en su esfuerzo por una sociedad mejor para todo el mundo, independiente de su ámbito de actuación (ambiental, cultural, social, cooperación, deportivo, educativo,…).
    Este compromiso de las personas con la organización se plasma en la participación, la creación de discurso, la incidencia, el voluntariado activo y la contribución económica para hacer posible la actuación independiente de las organizaciones enfrente de las causas sociales. Las entidades deben trabajar activamente para potenciarlo, valorizarlo y hacer que sea una realidad. Que las personas se hagan suyas las organizaciones: este es el compromiso.
    Todas las entidades surgen de la iniciativa de personas que han aportado su tiempo y recursos por algo que los importaba, buscando impacto social. Pero en algunas ocasiones, se ha hecho un crecimiento con recursos demasiados alejados de las personas y se ha podido llegar a olvidar la importancia de potenciar la participación e implicación de la base social. Cuando pasa esto, se corre el riesgo de que el crecimiento como sector termine convirtiéndose en un conjunto de entidades con baja capacidad de acción, dependientes en su mayor parte de las prioridades y recursos públicos. En definitiva, alejado de las personas y enfocado sólo en su propia supervivencia.
    En cambio, si las entidades contamos con una base social amplia y comprometida con su misión, conseguiremos organizaciones con capacidad de acción e independencia económica para plantear actuaciones de valor para la ciudadanía y la sociedad. Este es el escenario de aportación de valor social para el que trabajan las entidades, que implica gestionar de manera equilibrada los recursos disponibles para la acción, de forma que pueda haber un crecimiento equilibrado de acuerdo con la capacidad de cada entidad para la movilización e implicación de personas.
    En estos momentos difíciles, una base social amplia y potente, comprometida con la razón de ser de las entidades, es más necesaria que nunca para un sector que es espacio de actuación de la ciudadanía que se preocupa por la sociedad en la que vivimos.
    Pau Vidal

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